El acceso al alojamiento para las personas refugiadas y migrantes de Venezuela se ha convertido en una cuestión de importancia aún más crítica desde el inicio de la pandemia de la COVID-19. En las evaluaciones de necesidades realizadas en Colombia y Ecuador se identificó que el alojamiento es la segunda necesidad más importante de las personas refugiadas y migrantes de Venezuela. Las restricciones en los movimientos aplicadas por los países de acogida para frenar la propagación de la COVID-19 han tenido un fuerte impacto en la capacidad de generación de ingresos, lo que ha hecho que muchas personas pierdan sus medios de vida y no puedan pagar su alquiler. Además, las personas refugiadas y migrantes suelen carecer de documentación, de acuerdos formales de arrendamiento y de conocimientos sobre sus derechos. Además, muchas de ellas, en particular las que se encuentran en situación irregular, a menudo no buscan orientación de las autoridades. En consecuencia, las tasas de desalojo de personas refugiadas y migrantes han repuntado. A pesar de los esfuerzos realizados por diferentes países para mitigar el riesgo de desalojos mediante la adopción de leyes que los prohíban temporalmente durante la pandemia de la COVID-19, estos siguen produciéndose, lo que implica varios riesgos de protección (violencia, VBG, explotación y abuso por parte de los propietarios, niños, niñas y adolescentes que abandonan la escuela, falta de hogar, entre otros), en particular para las mujeres. 

Las personas refugiadas y migrantes de Venezuela que intentan establecerse deben recurrir cada vez más a estancias más largas en alojamientos colectivos temporales. Además, algunos alojamientos colectivos se vieron obligados a cerrar sus puertas a nuevas entradas durante la pandemia para garantizar el espacio suficiente para el distanciamiento físico, mientras que otros suspendieron sus operaciones por completo debido a la falta de aplicación de medidas de prevención y control de infecciones (IPC, según sus siglas en inglés). Los alojamientos colectivos que permanecieron abiertos redujeron su capacidad de manera significativa. Además de estas dificultades, se espera que los desplazamientos en toda la región continúen durante 2021, ejerciendo una mayor presión sobre la limitada capacidad de los alojamientos temporales colectivos.

El acceso a la vivienda y a la infraestructura en asentamientos sigue siendo una prioridad. Las personas refugiadas y migrantes que residen en asentamientos de alta densidad y bajos ingresos suelen vivir en condiciones de hacinamiento, sin espacio público suficiente, sin infraestructura (agua y saneamiento, energía, carreteras) y sin acceso a servicios básicos, incluidos los servicios de salud. Por consiguiente,  las personas refugiadas y migrantes, junto con las comunidades de acogida afectadas, están aún más expuestas a los riesgos de protección y salud asociados con la COVID-19, y existe un mayor escepticismo respecto al transito entre los países de acogida.

1.    Alcance de la respuesta sectorial:
La respuesta del sector Alojamiento seguirá centrándose en proporcionar acceso a soluciones adecuadas de alojamiento temporales y de  largo plazo de alojamiento adecuado e infraestructura en asentamientos para las personas refugiadas y migrantes de Venezuela, en cumplimiento de las normas mínimas acordadas y las medidas de IPC. Para ello se dará prioridad a los grupos más vulnerables, como las personas sin hogar, las personas con necesidades especiales, las mujeres, los niños, niñas y adolescentes, las personas sobrevivientes de VBG y víctimas de trata, explotación y/o abuso, entre otras. La respuesta de Alojamiento, que consiste en intervenciones en materia de alojamiento temporal y soluciones a largo plazo de alojamiento e infraestructura en asentamientos, se centra en las zonas fronterizas y en los centros urbanos en los que las personas refugiadas y migrantes tienen la intención de asentarse.

2.    Prioridades de respuesta
El sector de Alojamiento se centrará en tres prioridades principales interconectadas para proporcionar un enfoque holístico que permita a las personas refugiadas y migrantes de Venezuela acceder a soluciones adecuadas de alojamiento adecuado e infraestructura en asentamientos desde la fase de emergencia, con vistas a la búsqueda de soluciones duraderas.

•    El sector se centrará en el fortalecimiento de las soluciones de alojamiento temporal colectivo mediante mejoras de las infraestructuras y el suministro de herramientas y materiales y para aumentar la capacidad de alojamiento en cumplimiento de las normas mínimas acordadas y las medidas de IPC. Los mecanismos de coordinación del sector se reforzarán para monitorear la prestación y la calidad de los servicios, y para elaborar directrices sobre alojamientos temporales colectivos. Se llevarán a cabo actividades de capacitación, tales como la capacitación especializada en gestión de alojamientos temporales, para proporcionar instrumentos para la administración de refugios temporales colectivos y fortalecer sus estructuras de coordinación, centrándose además en la elaboración de estrategias de salida y en los vínculos con opciones de vivienda más sostenibles.

•    Las personas refugiadas y migrantes de Venezuela con intención de permanencia en sus países de acogida recibirán apoyo mediante soluciones de alojamiento individuales. La actividad principal se centrará en la asistencia para el alquiler mediante: suministro de información técnica y sensibilización sobre el alojamiento adecuado; asistencia mediante efectivo y cupones; vivienda, tierra y propiedad (HLP); resolución de conflictos; y evaluaciones sobre el mercado de alquiler. El sector también tratará de facilitar el acceso a la vivienda individual, prestando apoyo a la comunidad de acogida para crear opciones de alojamiento mediante mejoras en materia de vivienda, y promoviendo y apoyando a las autoridades nacionales en el establecimiento de planes de acción para facilitar el acceso de las personas refugiadas y migrantes a su derecho a la vivienda.

•    El sector apoyará los enfoques basados en áreas (enfoques territoriales) y facilitará la colaboración entre la comunidad de acogida, las personas refugiadas y migrantes y las instituciones públicas para la planificación y construcción conjuntas de infraestructuras como espacios públicos, alumbrado, energía, carreteras e infraestructura comercial, a fin de facilitar la integración socioeconómica y la coexistencia pacífica.

Se transversalizará el suministro de artículos esenciales para el hogar (artículos domésticos)  y kits de alojamiento necesarios para permitir  unas condiciones de vida seguras y dignas. Estos artículos esenciales se distribuirán a las personas refugiadas y migrantes en destino y en tránsito,  e incluirán utensilios de cocina, ropa de cama y  de vestir, lonas de plástico, linternas y equipos de acondicionamiento para el invierno, entre otros.

3. Enfoques de respuesta integrada
La respuesta del sector y los procedimientos conexos se armonizarán para reducir la duplicación de la respuesta y apoyar un enfoque multisectorial complementario, mediante la prestación de apoyo técnico a los diversos sectores cuando se solicite. La protección se transversalizará para contribuir a la mitigación de los riesgos de protección, incluidos los desalojos y la VBG. El sector seguirá trabajando junto con los sectores Salud, y Seguridad Alimentaria para garantizar el acceso a los servicios y la asistencia mediante soluciones de alojamiento y asentamiento, incluidas medidas para mitigar la propagación de la COVID-19. Además, se reforzará el vínculo con el Grupo de Trabajo de Espacios de Apoyo para proporcionar información oportuna sobre las soluciones de alojamiento adecuadas disponibles en toda la región. Colaborará estrechamente con el sector de Integración para fomentar la transición de la asistencia de emergencia hacia soluciones duraderas.

4. Modalidades de respuesta
La respuesta del sector de Alojamiento reforzará la colaboración con el Grupo de Trabajo regional sobre Transferencias Monetarias, dando prioridad a la modalidad de CVA para alquiler, el alojamiento temporal en hoteles y los artículos del hogar esenciales. En segundo lugar, la asistencia en especie incluirá el desarrollo de infraestructuras e instalaciones comunitarias básicas, el apoyo a las iniciativas de autoconstrucción y la distribución de herramientas de construcción, materiales, artículos del hogar y
kits de alojamiento. Por último, el sector llevará a cabo actividades de capacitación y participación comunitaria entre los socios, las comunidades de acogida, las personas refugiadas y migrantes y los Gobiernos para reforzar una respuesta adecuada en materia de vivienda y asentamiento, con la elaboración de directrices técnicas y estrategias de incidencia, incluidas campañas de información y sensibilización.

5. Consideraciones sobre buena programación y rendición de cuentas colectiva
Los socios trabajarán para promover la participación de las personas refugiadas y migrantes y las comunidades de acogida en el proceso de toma de decisiones durante todo el ciclo de programa. El monitoreo y la evaluación continuos de las intervenciones en materia de alojamiento, al tiempo que se incorpora un enfoque intersectorial, asegurarán la participación de todos los grupos. Entre otras cosas, se llevarán a cabo evaluaciones conjuntas de necesidades, se implementarán mecanismos de quejas y retroalimentación, y se impartirán cursos de capacitación para asegurar la AAP y la PEAS y que los socios cumplen con el principio de «acción sin daño».